El liceo según dicen, tiene sucesos paranormales; el predio sobre el cual se halla construido albergó en su momento un cementerio indígena según algunas versiones.
Cuentan que hace mucho tiempo, una seguidilla de actos vandalistas asechaban el lugar, hasta que se decidió solicitar a la Jefatura de ese Departamento que los policías custodien los alrededores del centro de estudios.
Se designaron tres policías y al paso del tiempo los actos se tranquilizaron, por tanto se decidió que la guardia la cubriera un solo policía. Al llegar el invierno éste solicitó realizar la guardia en la parte interna del edificio y fue autrizado.
Un día, el policía se encontraba en el segundo piso y escuchó ruidos que provenían desde el primer piso; al bajar a verificar que era e irse acercando al laboratorio los ruidos eran cada vez mas intensos. Este decide ingresar a dicho laboratorio y es allí cuando el desastre comienza: los materiales como los tubos de ensayo, mecheros y demás le comenzaron a ser arrojados sin que nadie se encontrara en el lugar.
El policía logra salir del edificio y solicitar ayuda. Una vez llegada la ayuda, encuentran al policía con un intenso ataque de nervios por lo que solicitan más ayuda para que éste sea trasladado a un hospital.
Uno de los policías que se quedó en el lugar ingresa al edificio para saber qué es lo que había ocurrido, encontrándose con una especie de sombra negra que se le acercaba por lo que sale corriendo espantado del lugar.
Desde ese entonces en las noches, el Liceo IPOLL permanece con las luces de todo el edificio encendidas.
Además hay más versiones donde las canillas de los baños se abren solas, puertas que se abren y cierran, archivos que desaparecen y hasta la versión de un profesor quien contó que se encontraba en el Laboratorio del edificio y cuando va a llenar un tubo de ensayo con un liquido, el mismo se separó en dos, volcándose en el suelo, no entrando ni una gota en el tubo.
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