Todos los vecinos que aseguran haber visto a Don Pedro, el espectro del Palacio Salvo, coinciden en la descripción de su apariencia: es alto, elegante y siempre lleva un paraguas. También concuerdan en que es un fantasma bueno, y no le tienen miedo. Un hombre sostiene que lo salvó de las garras de un ladrón y una niña dice que la ayudó cuando caía de las escaleras.
Fuente: http://historico.elpais.com.uy/suplemento/ds/el-cortes-fantasma-del-salvo/sds_476306_100314.html
Fui arrendataria de un escritorio donde antes estuvo la sala de reuniones de los accionistas de la cía. Salvo, fue mi primer escritorio, estoy agradecida porque fueron momentos muy importantes de mi vida, inolvidables. Tuve ocasión de sentir presencias en muchos pasillos y rincones, a veces positivas otras angustiosas y apesadumbradas. No solamente Don Pedro pasea por allí.
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